Inés Ballesteros - Psicóloga en Tenerife

  info@inesballesteros.es

Necesitamos las creencias para crecer, como base sobre la que depositar nuestro andamiaje personal, sin embargo tendremos que poner atención a las creencias que nos limitan, que nos hacen sentir culpables e inadecuados, tendremos que estar atentos a los Introyectos.

«Un hombre de provecho tiene que trabajar», «una mujer no puede hablar así», «la obligación antes que la devoción», «todos los hombres son unos aprovechados», «las mujeres son unas víboras», «no hay que mostrarse débil», «no se llora en público»...

Esos mensajes nos pueden sonar más o menos familiares, algunos pueden provocar una sonrisa, otros enfado, credulidad o cuestionamiento, pero eso sólo ocurre esto  cuando llegamos a la edad adulta, cuando somos seres con una madurez cognitiva que nos permite cuestionar o aceptar esos ideales.

En la infancia recibimos esos mensajes como verdades únicas, reales incuestionables, y como tales se conforman como pilares de nuestro crecimiento que continúan actuando de manera inconsciente en la edad adulta.

Lo que dice papá o mamá, la familia, el entorno social, etc.,  tiene un impacto crucial en nuestro desarrollo, son  mensajes que  moldearán el modo en que nos relacionamos con la realidad, nuestras opiniones, acciones y pensamientos están mediatizados por las creencias con las que hemos crecido.

Nuestros padres y madres a su vez pasaron por el mismo proceso, y quizás en una época en la que cuestionar dichos mensajes podía tener un coste muy alto, por lo que lejos de desarrollar una actitud crítica  gran parte de las veces claudicaban.

La introyección es un mecanismo neurótico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros mismos, patrones, actitudes, modos de actuar y pensar que no son verdaderamente nuestros. (Fritz Perls)

La introyección es una función psíquica mediante la que el individuo incorpora mental y emocionalmente elementos del ambiente familiar, y  social en el que se crió. En determinadas ocasiones esas creencias pueden actuar de freno u obstáculo en el desarrollo personal, generando insatisfacción, frustración, etc.,  al no ser creencias elegidas y genuinas de cada persona.

Actuar conforme a verdades que no son propias, que hemos «tragado» pero no digerido nos lleva a actuar de manera poco autentica, llenos de «deberías» y «tengo que», que generan gran insatisfacción y sufrimiento emocional en pos de cumplir con un ideal no elegido.

Sin embargo ¿somos conscientes de que esto pasa?.

¿Introyectos?, Pasen por favor.

IntroyectosCómo psicóloga atiendo de manera recurrente a personas cuyo malestar emocional, traducido en ansiedad, depresión, angustia etc., es en gran parte consecuencia de querer cumplir con unos estándares y cánones que responden a Introyectos, sin que exista una conciencia de ello.

Una paciente comentaba «(…) siento culpa constantemente, no se porqué, pero con casi todo lo que hago termino sintiéndome culpable por algo. Ayer fui a una fiesta con unos amigos, lo estaba pasando bien, y de repente me acordé de mi hijo que se quedó en casa de mis padres,  me dio pena de él y me empecé a sentir mal, , tanto que se me puso un nudo en el estómago, ganas de vomitar y terminé por volver a casa aunque la fiesta no había terminado (…)».

Durante esta sesión vimos que tras el sentimiento de culpa por estar divirtiéndose, aunque su hijo estaba perfectamente atendido en casa de los abuelos, había un introyecto «una buena madre no deja solos a sus hijos», que había escuchado en su infancia infinidad de veces de boca de su madre.

La paciente no era consciente de cómo ese mensaje, que ella no había escogido como suyo,que había tragado sin digerir, interfería en su desarrollo personal y emocional hasta el punto de generarle profundos sentimientos de culpa y de inadecuación que  le afectaban a su salud emocional.

Este fue el principio de una larga lista de introyectos que habían estado mediatizando su manejo personal, descubrimos mensajes asociados con la exigencia «hasta que las cosas no están perfectas no se descansa», «si no se duerme no se duerme pero el trabajo se saca», con la sexualidad » acostarse con un hombre sin estar casada es de puta», con el dinero » el dinero no está para chorradas, hay que ahorrar», desembocando todo ello en una manera de vivir acorde a unas creencias que no eran suyas.

Salir de los  Introyectos o elegir Vivir en ellos.

IntroyectosLos Introyectos están en ocasiones tan arraigados que resulta difícil identificarlos, cuestionarlos o transformarlos, por ello en ocasiones se hace necesario iniciar un proceso terapéutico.

Siendo psicóloga acompaño en el proceso no sólo de darse cuenta, sino de permitirse el posterior cuestionamiento del mensaje introyectado, ya que de alguna manera en la mayoría de los casos supone un enfrentamiento, cuestionamiento o traición  con la figura materna o paterna, o con el contexto social en el que hemos crecido y eso siempre cuesta.

Entender que transformar el Introyecto es positivo, que lejos de causar un daño actúa en beneficio propio y en el de quienes nos rodean es el primer paso.

Igualmente el simple hecho de ser consciente de su existencia y de como interfiere en nuestra manera de funcionar y aún así decidir no modificar nada, es terapéutico también, ya que la conciencia nos brinda la oportunidad de elegir que hacer de una manera libre, por lo que en ese caso ya estaremos «digiriendo», y actuando genuinamente.

Podemos utilizar diferentes técnicas para conseguir la trasformación:

  • Técnica de la Silla vacía.
  • Revisar nuestros prejuicios, miedos, fantasías catastróficas.
  • Ponernos en el lugar de quienes hacen lo contrario a lo que creemos.
  • Valorar si se desea continuar con el Introyecto.

Junto a estas técnicas utilizo otras en la consulta deprendiendo del punto en que se encuentra el paciente, lo arraigado del introyecto, etc.

Si leyendo el post te has dado cuenta de que los introyectos interfieren en tu vida, y quieres empezar a cuestionarlos espero la lectura te haya sido útil.

Para más información sobre este tema o cualquier otro no dudes en contactar conmigo.