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Inés Ballesteros - Psicóloga en Tenerife

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Dolor y Sufrimiento en el proceso de Duelo

Dolor y Sufrimiento en el proceso de Duelo

Cuando hablamos de Dolor:

En los procesos de duelo, no solo encontramos dolor, que sería la respuesta natural ante la pérdida, también aparece en muchas ocasiones sufrimiento, y aunque parecidas en su manera de vivirse son estados emocionales muy diferentes.

El dolor va de la mano del duelo, es una respuesta natural e inevitable, cuando amamos y perdemos lo amado, lo querido, nos  duele.

Este dolor, aunque intenso y profundo, es productivo: nos ayuda a procesar la ausencia de nuestro ser querido, a reconstruirnos, y a darle un nuevo significado a la vida sin esa persona.

El dolor puede manifestarse de muchas formas: tristeza, nostalgia, llanto, y aunque es difícil, es un camino hacia la elaboración de la pérdida. Es un dolor que, con el tiempo, permite cicatrizar las heridas, aunque nunca se borren por completo.

Cuando hablamos de Sufrimiento:

Por otro lado, el sufrimiento es diferente. El sufrimiento es evitable e improductivo; es lo que añadimos al dolor natural del duelo cuando ciertas situaciones o pensamientos nos impiden avanzar.

Por ejemplo:

  • Invalidación de las emociones:Cuando alguien te dice que «deberías estar mejor ya», o que «hay que ser fuerte»,  «solo era un perro», «no había nacido todavía«…estás recibiendo un mensaje que minimiza tu experiencia emocional. Esto no solo no ayuda, sino que genera una sensación de incomprensión y aislamiento, añadiendo sufrimiento.
  • Presión por superar el duelo:La sociedad a veces impone tiempos y expectativas irreales sobre el duelo, haciendo que las personas sientan que «deberían» estar recuperadas en un plazo determinado. Esto no solo es falso, sino que genera ansiedad y culpabilidad innecesaria.
  • Falta de Apoyo Social: La ausencia de una red de apoyo. Sentir que no se tiene a nadie con quien compartir los recuerdos o el dolor aumenta el sufrimiento.
  • El silencio sobre el ser querido:Cuando los demás evitan hablar de la persona que has perdido, puede generar un vacío aún mayor. La falta de espacio para recordar y hablar de quien ya no está, puede hacerte sentir que debes ocultar tu dolor, lo que añade una capa de sufrimiento al duelo.

Como recorremos el camino:

Como profesional que acompaño en procesos de duelo, veo muchas veces que los dolientes empeoran por la presencia de este sufrimiento que se ha añadido a su dolor, sienten incomprensión, lo que les lleva a aislarse.

Y entonces pasa que cuando  se aíslan se sienten cuestionados por hacerlo, cuando quizás es el único lugar seguro donde vivir su pérdida, y para poder mostrar nuestro dolor, nuestra vulnerabilidad necesitamos sentirnos seguros. 

En el acompañamiento empezamos a entender como estas circunstancias ralentizan nuestra capacidad natural de procesar el dolor, y eso ayuda a desculpabilizarnos, a dejar de cuestionarnos, y eso deja el espacio necesario para que lo que tiene que dolor duela.

En conclusión, mientras que el dolor es un proceso natural y necesario, el sufrimiento se genera a partir de factores externos que complican innecesariamente el duelo.

Acompañar en el duelo significa validar los sentimientos, permitir la expresión libre del dolor, y estar presente sin imponer expectativas.

Recordemos que cada proceso de duelo es único y requiere ser tratado con respeto y empatía.

¿Qué es un Duelo Desautorizado y cuáles son las consecuencias?

¿Qué es un Duelo Desautorizado y cuáles son las consecuencias?

Hoy me gustaría poner la mirada en el sufrimiento que se añade a un proceso de pérdida cuando en la vivencia de duelo sentimos la falta de reconocimiento o desautorización.

Veo en la consulta a pacientes que vienen justificando su malestar diciendo:

“No estábamos casados, llevábamos un año de relación, pero me duele mucho, era el amor de mi vida…nadie me entiende, dicen que ya encontraré otra pareja”

“Mi amiga se suicidó, y parece que nadie entiende como me ha impactado su muerte, ya sé que no es mi madre o hermana, pero para mí era muy especial”

“Llevábamos separados muchos años, sin embargo, cuando supe que había fallecido me quedé en shock, siento mucho que haya muerto y mi entorno no que me afecte tanto”

“Estaba de tres meses…y su corazón dejó de latir…cada noche sueño y tengo pesadillas, me siento mala madre, no puedo dejar de pensar si hice algo mal…sin embargo mi familia, mis amigas me dicen que volveré a quedarme embarazada, como si mi dolor por perder a mi hijo pudiera ser sustituido”

Lo que suele ser común en estar personas es que en su vivencia de duelo hay una falta de validación en relación a su dolor, como si no lo sintieran legitimado, como si la sociedad no diera significación a esa pérdida.

No nos damos cuenta que a veces nos relacionamos con los dolientes como si hubiera duelos de primera y duelos de segunda, unos más importantes que otros.

Cuando vivimos un duelo que no es validado o reconocido socialmente desarrollamos estrategias para protegernos del sufrimiento que nos genera no ser entendidos y acompañados cuando escuchamos cosas como:

“Solo era un perro, puedes tener otro”

“Eso nos ha pasado a muchas, veras que enseguida te quedas embrazada”

“Era una amiga menos mal, si hubiera sido tu madre estarías, peor”

Recibir estos mensajes nos lleva a pensar que no lo estamos haciendo bien, que somos quejicas, pero sobre todo que no se nos entiende, por lo que terminamos por callar, aislarnos, para protegernos de comentarios que añaden dolor al dolor y no sentir apoyo.

Y esto es contraproducente, el duelo necesita ser compartido, expresado, sanado en la relación con los demás, por eso es necesario entender.

Algunos ejemplos de situaciones en las que puede ocurrir un duelo no reconocido o desautorizado incluyen:

Muerte de una mascota: Aunque para muchas personas las mascotas son miembros queridos de la familia, algunas personas pueden minimizar o desestimar el dolor que se experimenta tras la muerte de una mascota.

Aborto espontáneo: La pérdida de un embarazo debido a un aborto espontáneo puede ser profundamente dolorosa, pero en algunas ocasiones, la sociedad puede no reconocer el duelo asociado con esta pérdida, especialmente si el embarazo no era conocido públicamente.

Muerte de un ex cónyuge o pareja: Aunque una relación haya terminado, la muerte de un ex cónyuge o pareja puede generar un duelo significativo para la persona afectada. Sin embargo, en algunas circunstancias, el duelo puede no ser reconocido por los demás debido a la naturaleza pasada de la relación.

Muerte de un amigo cercano o familiar no directo: A veces, el duelo por la pérdida de un amigo cercano o un pariente no inmediato puede no ser completamente reconocido por aquellos que rodean a la persona en duelo, ya que la relación puede no ser considerada lo suficientemente estrecha.

Duelo por pérdidas múltiples o en serie: Si una persona experimenta múltiples pérdidas en un corto período de tiempo, como la muerte de varios seres queridos o amigos en rápida sucesión, el duelo puede no ser totalmente reconocido o entendido por quienes lo rodean.

Es importante para aquellos que brindan apoyo ser conscientes de estas dinámicas y ofrecer comprensión y empatía a quienes están pasando por un duelo no reconocido.

Cuando un duelo es desautorizado su proceso se ralentiza, se congela, pudiendo dar lugar a duelos que se prolongan y se complican por el simple hecho de no ser entendidos, validados y acogidos.

Un duelo desautorizado puede generar culpa, vergüenza, la sensación de no estarlo haciendo bien, lo que lleva al aislamiento, al silencio, a la soledad.

El duelo de una pérdida se ajusta a las creencias de quién lo vive, no de quienes lo contemplan o acompañan.

¿Qué ayuda y qué no ayuda cuando estamos en duelo?

¿Qué ayuda y qué no ayuda cuando estamos en duelo?

Somos una cultura que suele vivir de espaldas a la muerte, algo que, aunque está en nuestras vidas no solemos nombrar, lo vemos lejano, y nos genera incomodidad poner en palabras.

La falta de conocimiento acerca de la realidad de la muerte hace que el proceso de duelo nos llegue, a veces de manera inesperada, siendo el propio o de alguien a quien queremos y entonces no sabemos muy bien como acompañar.

Saber acompañar es un elemento protector para el doliente, algo que le va a facilitar su proceso, incluso puede evitar que ese duelo se prolongue o se complique.

Cuando acompañamos podemos hacer muchas cosas para ofrecer apoyo de manera respetuosas y genuina, entre otras están:

Lo que ayuda:

Escuchar activamente: Ofrecer tu atención completa y empatía mientras la persona en duelo expresa sus sentimientos y emociones.

Brindar compañía: Estar presente para la persona en duelo, ya sea físicamente o a través de llamadas telefónicas o mensajes de texto, puede proporcionar un apoyo significativo.

Ofrecer ayuda práctica: Preparar comidas, encargarse de las tareas del hogar o ayudar con las responsabilidades diarias puede aliviar la carga de la persona en duelo.

Permitir la expresión emocional: Aceptar y validar los sentimientos de la persona en duelo, incluso si son difíciles o desordenados.

Recordar a la persona fallecida: Hablar sobre recuerdos compartidos, mencionar el nombre de la persona fallecida y celebrar su vida puede ser reconfortante para aquellos que están de duelo.

Respetar el proceso de duelo: Reconocer que el duelo es un proceso único y personal que puede llevar tiempo y paciencia.

A veces desde el desconocimiento, o desde la propia incapacidad de tolerar el dolor del otro tendemos a acompañar de manera asintónica, aunque nuestra intención sea la contraria.

Lo que puede no ayudar:

Evitar el tema: Ignorar o evitar hablar sobre la pérdida puede hacer que la persona en duelo se sienta aislada o incomprendida.

Dar consejos no solicitados: Evita ofrecer consejos no solicitados o intentar «arreglar» la situación. En cambio, enfócate en escuchar y apoyar sin juzgar.

Minimizar el dolor: Evita minimizar o invalidar los sentimientos de la persona en duelo diciendo cosas como «deberías estar bien» o «deberías superarlo».

Imponer tu propia experiencia: Evita comparar el duelo de la persona con tus propias experiencias o dar ejemplos de otras personas que hayan pasado por algo similar. Cada experiencia de duelo es única.

Forzar el ritmo de recuperación: Evita presionar a la persona en duelo para que «se recupere» o «supere» la pérdida más rápido de lo que están listos para hacerlo.

Evitar a la persona en duelo: Aunque puede ser incómodo o difícil saber qué decir, evitar a la persona en duelo puede hacer que se sienta aún más aislada y solitaria.

En general, ofrecer apoyo incondicional, comprensión y empatía puede ser de gran ayuda para aquellos que están pasando por el duelo.

Es importante recordar que no hay respuestas perfectas o fórmulas mágicas para apoyar a alguien en duelo, pero estar presente y mostrar amor y compasión puede marcar la diferencia.